Un día
cualquiera te despiertas. Un diagnóstico. No te lo esperas. Te agarras a la
vida, esa que está a punto de cambiarte. Sin pedirlo. Sin buscarlo. Te
sobrecoge. Te agrieta. Te encoge. Te empieza a dar vueltas todo. Te sientes
pequeño, demasiado pequeño. Te empieza a doler zonas del cuerpo, pero el dolor
no es físico, es emocional. Cáncer. Del tipo que sea. Vuelco al corazón ¿En
serio? Esto no puede estar pasando... ¿Has hecho bien la prueba definitiva? esa que determina si mi vida va a dejar de ser como lo ha sido hasta ahora.
Comienzas
a valorar y sopesar. Pensar. Piensas todo. Todo y mucho. Empiezas a preguntarte
que has estado haciendo todo este tiempo. Ese que sientes que cada vez es
menos. ¿He valorado la vida tal y como debía hacerlo? ¿He querido a quien me quiere? ¿He dañado a alguien? ¿He pedido perdón a quien
una vez dañe? ¿He reparado ese daño? ¿He dicho todo lo que tenía que decir? ¿He
hecho todo lo que tenía que hacer? ¿Y mi familia, mis amigos, mi pareja? ¿Como
voy a dejar esta ausencia de mí en ellos? Tienen que aprender a ocupar el hueco
que probablemente deje si me toca marcharme. Tengo que enseñarles donde he
dejado el número de cuenta bancaria, las escrituras de la casa, tengo que
enseñarles la receta del arroz y verduras antes de que sea tarde.
Empiezan las visitas semanales, tal vez diarias. Un hospital. Tu hospital. Se convierte en ese lugar, esa habitación en la que puedes pasar horas sin saber el como ni el por que. Simplemente te acaba tocando. ¿Y ahora qué? ¿Por que? No había números de la lotería que me ha tenido que tocar el gordo sin echarla. Y así es. Un pensamiento tras otro. Cada uno, probablemente más tóxico y venenoso que el anterior.
Y llega
el maldito día, ese que lleva resonando en tu cabeza semanas, la primera sesión
de quimio. Te sientas en ese pequeño sillón frio, blando, extraño, el cual se
convertirá en tu cobijo durante los próximos meses. Llega la enfermera y
comienza a explicarte como ira todo de aquí en adelante, demasiada información
para procesar, demasiadas recomendaciones, pero ahora mismo eso no me importa,
solo quiero saber algo que lleva atormentándome todas estas semanas y con voz
temblorosa, casi rota consigo preguntar ¿Cuándo voy a perder mi pelo? La
enfermera intenta tranquilizarte, te dice que a veces eso no ocurre, pero tú
sabes que sí, que va a ocurrir y en ese momento el miedo se hace mayor y te
haces muy pequeño en ese sillón que ahora se te hace enorme.
Pasan las
semanas y efectivamente ocurre, tu pelo se cae pero ya no te parece tan grave
porque algo ha cambiado y es que has comenzado a ver la vida de otra manera,
las cosas que antes te preocupaban hoy las ves como absurdeces, no merecen la
pena. Y comienzas a valorar cosas que antes eran banalidades, como un amanecer,
una sonrisa, poder disfrutar un día más de la gente que te quiere porque en
realidad la vida es eso, vivir el momento y disfrutarlo porque mañana no sabrás
si podrás disfrutar de esas pequeñas cosas que antes no valorabas. Y comienzas
tu lucha, te conviertes en HÉROE sin una capa y sin superpoderes pero que día a
día sale a luchar, una lucha por no perder todo eso, una lucha larga y dura,
una lucha frente a frente con el cáncer, una lucha para vivir para seguir
disfrutando de esas cosas por las que la vida ha tomado un sentido que jamás
pensabas que pudiera tomar.
Día
Mundial Contra el Cáncer.
Respeto a esta gente, que a pesar de que su mente están con toda la negatividad que puede haber, siempre intentan permanecer con nosotros un día mas... Realmente son grandes personas que soportan algo mas que dolor físico...
ResponderEliminarSi te hacen ver la vida de otra manera, nosotros lo hemos vivido bastante de cerca con familiares cercanos y es así, sacan fuerzas para ellos y para su gente y nunca pierden la sonrisa por muy gris que sea el día
EliminarTodos estos guerreros, hayan sobrevivido o no, son victoriosos porque luchan hasta el último día e incluso más. Admirables, siempre apoyándose a sí mismos y a otros con fuerzas que nadie sabe de dónde salen. Buena entrada.
ResponderEliminarHola! gracias por pasarte por mi blog ♥ ya tienes una nueva seguidora :3
ResponderEliminarUn besazo enorme, nos leemos!
Preciosa la entrada. Todas estas personas merecen toda nuestra admiración y respeto. Día tras día luchando con un optimismo inmenso. Yo desgraciadamente, tuve un amigo que paso por ese mismo lugar, y tras muchísimo luchar contra una leucemia, no puedo más.
ResponderEliminarwww.mejorvensolo.blogspot.com
Nosotros también hemos perdido familiares muy cercanos debido a esta enfermedad, es muy duro. También lo hemos tenido que vivir a nivel profesional y ha sido una de nuestras experiencias mas duras pero a la vez mas gratificantes.
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